Artículo 2: Científicos Alertan de Emergencia Climática en 2021

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ii) Científicos Alertan de Emergencia Climática en 2021

William J Ripple, Christopher Wolf, Thomas M Newsome, Jillian W Gregg, Timothy M Lenton, Ignacio Palomo, Jasper A J Eikelboom, Beverly E Law, Saleemul Huq, Philip B Duffy, Johan Rockström

Presentación

En este trabajo, continuación de otro similar publicado en 2019, los autores rastrean 31 variables relacionadas con el cambio climático, encontrando que 18 de ellas están en nuevos mínimos o máximos históricos. Se enlistan 16 de estas variables, mencionando su importancia. Adicionalmente, presentan una carta a la opinión pública en la que se hace un llamado a la acción para tratar de frenar el cambio climático y se invita a los científicos del mundo a firmarla. Hasta el año 2020, había sido firmado por 11 000 científicos de 153 países, incluidos una decena de científicos mexicanos.

El análisis que se hace sobre estos llamados signos vitales del planeta es interesante y su análisis en clase resulta muy formativo para los estudiantes y su esfera de influencia actual y en su vida profesional futura.

Acerca del autor principal, William J. Ripple es profesor de ecología en la Universidad Estatal de Oregon en el Departamento de Ecosistemas y Sociedad Forestales. Es mejor conocido por su investigación sobre cascadas tróficas terrestres, particularmente el papel del lobo gris (Canis lupus) en América del Norte como un depredador clave que da forma a las redes tróficas y las estructuras del paisaje.

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William Ripple es el autor principal del trabajo aquí presentado donde sugiere que "para evitar la miseria generalizada y la pérdida catastrófica de la biodiversidad, la humanidad debe practicar una alternativa más sostenible desde el punto de vista medioambiental a los negocios habituales" y lideró la advertencia de los científicos mundiales sobre una emergencia climática, declarando "el planeta Tierra se enfrenta a una emergencia climática" y presenta seis pasos para evitar los peores efectos de cambio climático.

Además, Ripple es el director de la Alianza de Científicos del Mundo, una organización independiente con más de 25.000 miembros científicos que actúa como una "voz internacional colectiva de muchos científicos con respecto al clima global y las tendencias ambientales.”

Cita:

Ripple, William J. et al. 2021. World Scientists’ Warning of a Climate Emergency 2021. BioScience. Consultado el 30 de julio de 2021 en: 10.1093/biosci/biab079 8/18/2021 UL https://doi.org/10.1093/biosci/biab079


Científicos Alertan de Emergencia Climática en 2021 William J Ripple, Christopher Wolf, Thomas M Newsome, Jillian W Gregg, Timothy M Lenton, Ignacio Palomo, Jasper A J Eikelboom, Beverly E Law, Saleemul Huq, Philip B Duffy, Johan Rockström.

BioScience, biab079, https://doi.org/10.1093/biosci/biab079

Publicado: 28 de Julio, 2021

Traducción libre por:

Luis Alfredo Vázquez Bárcena

En 2019 Ripple y sus colegas, junto con 11 000 científicos signatarios de 153 países (2020), advirtieron sobre un sufrimiento incalculable y declararon una emergencia climática. Presentaron gráficas de signos vitales planetarios que indicaban tendencias muy problemáticos, junto con poco progreso de la humanidad para abordar el cambio climático. Con base en estos datos y la obligación moral de los científicos de “alertar claramente a la humanidad de cualquier amenaza catastrófica”, hicieron un llamado para realizar un cambio transformador. Desde la publicación de este artículo, más de 2800 se han sumado a la firma de esa declaración de emergencia climática; adicionalmente, 1990 jurisdicciones en 34 países formalmente han declarado o reconocido una emergencia climática (figura 1, p). Pero, al mismo tiempo, desde 2019 ha habido un surgimiento sin precedentes de desastres relacionados con el clima, incluyendo inundaciones devastadoras en Sudamérica y en el Sudeste de Asia, récord de olas de calor e incendios forestales devastadores en Australia y el oeste de los Estados Unidos, una extraordinaria temporada de huracanes en el Atlántico, y devastadores ciclones en África, Sur de Asia y el Pacífico Oeste. También existe una creciente evidencia de que nos estamos acercando o ya hemos cruzado puntos de inflexión asociados con partes críticas del sistema terrestre, incluyendo las capas de hielo del Oeste de la Antártida y Groenlandia, calentamiento del agua en los arrecifes de coral y en el bosque lluvioso del Amazonas. Dados estos acontecimientos alarmantes, necesitamos actualizaciones breves, frecuentes y de fácil acceso sobre la emergencia climática.

Figura 1

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Series temporales de actividades humanas relacionadas con el clima. En los paneles (a), (d), (e), (i), and (m), los puntos de datos más recientes son una proyección de un estimado preliminar; En el panel (f), la pérdida de cobertura arbórea no tiene en cuenta la ganancia de divisas e incluye la pérdida debida a cualquier causa. Con la excepción del panel (p), los datos obtenidos desde la publicación de Ripple y sus colegas (2020), se muestran en rojo.

Tendencias recientes en los signos vitales planetarios

En el presente artículo, investigamos cambios recientes en los signos vitales planetarios desde la publicación de Ripple y sus colegas (2020). De las 31 variables que rastreamos, encontramos que 18 están en nuevos mínimos o máximos históricos. A continuación se muestran patrones recientes dignos de mención en los posibles impulsores climáticos (figura 1) e impactos (figura 2).

Alimento. Por primera vez, el número de ganado rumiante planetario se disparó a más de 4 billones, lo que representa mucha más masa que todos los humanos y mamíferos silvestres combinados (figura 1c). Sin embargo, la producción reciente de carne per capita (figura 1d) declinó en aproximadamente 5.7% (2.9 kilogramos por persona) entre 2018 y 2020, parece ser que debido a una epidemia de fiebre porcina en China, que redujo la producción de cerdo. Probablemente no haya descensos futuros en el consumo de carne hasta que haya un cambio general a dietas basadas en plantas o aumente el uso de análogos de la carne (sustitutos), que están ganando en popularidad y se calcula que lleguen a un mercado de US $3.5 millones en todo el mundo hacia 2026 (MaketsandMarkets, 2020).

Bosque del Amazonas. La pérdida anual de bosque en el Amazonas Brasileño se incrementó en 2019 y 2020, alcanzando una destrucción de 1.11 millones de hectáreas en 12 años (figura 1g). El aumento se debió probablemente al debilitamiento de la aplicación de la ley de deforestación, lo que provocó un fuerte aumento en el desmonte ilegal de tierras para el cultivo de ganado y soja. La degradación del bosque debido a debido a incendios, sequía, compactación del suelo y fragmentación del bosque ha causado que esta región actúe como una fuente de CO2 más que un sumidero de carbono. (Qin et al. 2021).

Economía climática. El producto interno bruto mundial cayó en 3.6% en 2020 como resultado de la pandemia por COVID 19, pero ahora se proyecta que esté en su punto más alto (figura 1e). Hubo un fuerte aumento en la desinversión de combustibles fósiles; aumentó en US $ 6,5 billones entre 2018 y 2020 (figura 1j), mientras, al mismo tiempo, el subsidio a los combustibles fósiles decayó a récord mínimo de US% 181 billones en 2020 –una declinación de 42% de los niveles de 2019– probablemente debido a una reducción en el uso de energía y de los precios (figura 1o). Se prevé que el porcentaje de emisiones de gases de efecto invernadero cubiertas por la fijación de precios del carbono aumente del 14,4% al 23,2% entre 2018 y 2021 (figura 1m). Gran parte de este aumento se debe a un esquema de precios del carbono propuesto por China, que todavía está construyendo rápidamente muchas plantas de carbón y ahora es responsable de más emisiones que todo el mundo desarrollado. El precio promedio ponderado por las emisiones globales por tonelada de dióxido de carbono se ha mantenido demasiado bajo (US $ 15,49 a partir de 2020), y debería aumentar varias veces para ser altamente efectivo en frenar el uso de combustibles fósiles (figura 1n).

Uso de energía. Probablemente debido a la pandemia de COVID-19, el consumo de energía de combustibles fósiles ha disminuido desde 2019, junto con las emisiones de dióxido de carbono, las emisiones per cápita de dióxido de carbono y el transporte aéreo (figuras 1h, 1i, 1k, 1l). Sin embargo, estas disminuciones parecen ser transitorias, ya que las estimaciones proyectadas para 2021 muestran que todas estas variables aumentan significativamente de nuevo. De manera inversa, el consumo de energías solar y eólica se incrementaron en 57% entre 2018 y 2021, pero sigue siendo aproximadamente 19 veces menor que el consumo de combustibles fósiles (figura 1h). El número de pasajeros aerotransportados disminuyó un 59% en 2020 debido al COVID-19, pero se espera que más de un tercio de esta disminución se recupere en 2021(figura 1i).

Gases de invernadero y temperatura. Tres importantes gases de efecto invernadero, dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, establecieron nuevos récords anuales de concentraciones atmosféricas tanto en 2020 como en 2021 (figuras 2a – 2b). en abril de 2021, la concentración de bióxido de carbono alcanzó 416 partes por millón, e promedio global mensual más alto jamás registrado. El año 2020 fue el segundo año más caliente registrado, y los cinco años más calientes registrados han ocurrido desde 2015 (figura 2d)

Hielo derretido. Recientemente Groenlandia y la Antártida mostraron un récord de todos los tiempos para el año con los niveles más bajos de masa de hielo (figuras 2f, 2g). en 2020, el mínimo de hielo marino Ártico de verano fue el segundo más bajo jamás registrado (figuras 2e, 2h). los glaciares se están derritiendo mucho más rápido de lo que se creía previamente; están perdiendo 31% más hielo y nieve por año de lo que perdían hace 15 años (Hugonnet et al. 2021).

Cambios oceánicos. Tanto el contenido de calor del océano como el nivel del mar establecieron nuevos récords (figuras 2i, 2k). El pH oceánico alcanzó su segundo promedio anual más bajo registrado después de 2012 (figura 2j). Esto es preocupante dado que la resistencia de los corales a la acidificación de los océanos probablemente se vea reducida por el estrés térmico, y más de 500 millones de personas dependen de los arrecifes de coral para la alimentación, el turismo o la protección contra las tormentas tropicales (Hoegh-Guldberg 211).

Figura 2.

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Serie temporal de respuestas relacionadas con el clima. Los datos obtenidos antes y después de la publicación de Ripple y sus colegas (2020) se muestran en gris y rojo respectivamente. Para las variables con una variabilidad relativamente alta, las líneas de tendencia de regresión local se muestran en negro. Las variables se midieron con varias frecuencias (por ejemplo, anual, mensual, semanal). Las etiquetas del eje x corresponden a los puntos medios de los años.

Política climática

Los signos vitales planetarios actualizados que presentamos (figuras 1 y 2) reflejan en gran medida las consecuencias de la implacable situación habitual. Incluso los efectos de la pandemia sin precedentes de COVID-19 en algunas actividades humanas relacionadas con el clima (figura 1d, 1e, 1h, 1i, 1k, 1l) fueron de corta duración. Una lección importante de COVID-19 es que incluso el transporte y el consumo colosalmente disminuidos no son suficientes y que, en cambio, se requieren cambios transformacionales en el sistema y deben elevarse por encima de la política. A pesar de las intenciones positivas de “reconstruir mejor” dirigiendo las inversiones de recuperación de COVID-19 hacia políticas verdes, solo el 17% de dichos fondos se han asignado a una recuperación verde a partir del 5 de marzo de 2021 (OCDE 2021). Dados los impactos que estamos presenciando a casi 1.25°C de calentamiento, combinado con los numerosos ciclos de retroalimentación de refuerzo y los posibles puntos de inflexión, se necesita con urgencia una acción climática a gran escala. Recientemente se estimó que el presupuesto de carbono restante para 1,5 ° C tiene un 17% de posibilidades de ser negativo, lo que indica que es posible que ya hayamos perdido la oportunidad de limitar el calentamiento a este nivel sin excedernos o arriesgar la geo ingeniería (Matthews et al. 2021)(Con geo ingeniería, se refieren a todos los procesos de intercambio de calor: evapotranspiración, cambios de estado del agua, corrientes oceánicas y de aire, etc, que tienen importancia en el control climático global. (N. del T.)). Debido a lo limitado del tiempo disponible, las prioridades deben dirigirse hacia una inmediata y drástica reducción de gases de invernadero peligrosos de vida corta, especialmente el metano (UNEP/CCAC 2021)

Debemos dejar de considerar la emergencia climática como un problema ambiental independiente. El calentamiento global, aunque ruinoso, no es el único síntoma de la actual lucha del sistema terrestre, sino es solo una de las muchas facetas de la acelerada crisis medioambiental. Las políticas para aliviar la crisis climática o cualquiera de las otras transgresiones de los límites planetarios amenazados no deben centrarse en el alivio de los síntomas, sino en abordar su causa de raíz: la sobreexplotación de la Tierra (Rockström et al. 2009). Por ejemplo, al detener la explotación insostenible de los hábitats naturales (que se describe a continuación), podemos reducir simultáneamente los riesgos de transmisión de enfermedades zoonóticas, conservar la biodiversidad y proteger las reservas de carbono (IPBES 2020). Mientras la presión de la humanidad sobre los sistemas de la Tierra continúe, los remedios que se intenten únicamente podrán redistribuir esta presión.

Para abordar esta sobreexplotación fundamental, nos hacemos eco del llamado hecho por Ripley y sus colegas (2020), cambiar el curso en seis áreas: (1) energía, eliminando combustibles fósiles y mudando a renovables; (2) Contaminantes aéreos de vida corta, eliminando tajantemente el carbón negro (hollín), metano e hidrofluorocarburos (hfc)(Los hidrofluorocarburos se empezaron a emplear para sustituir a la fluoroclorocarburos, que dañaban gravemente la capa de ozono. Se emplean como propelentes en sprays y como gases de refrigeración; actúan como gases de invernadero al ser eliminados a la atmósfera. (N del T.)); (3) naturaleza, restaurando y protegiendo permanentemente los ecosistemas de la Tierra para almacenar y acumular carbono y restaurar la biodiversidad; (4) alimento, cambiar a dietas principalmente basadas en vegetales, reduciendo el desperdicio de comida y mejorando las prácticas de cultivo; (5) economía, pasar de un crecimiento indefinido del PIB y un consumo excesivo de los ricos a una economía ecológica y circular, en la que los precios reflejen todos los costes medioambientales de los bienes y servicios; y (6) población humana, estabilizar y reducir gradualmente la población proveyendo planeación familiar voluntaria y apoyando la educación y los derechos de todas las niñas y mujeres jóvenes, lo que ha demostrado que reduce las tasas de fertilidad (Wolfe et al. 2021). Toda acción para transformar deberá enfocarse en la justicia social para todos mediante la priorización de las necesidades humanas básicas y reduciendo la inequidad. Como un prerrequisito para esta acción, la educación en cambio climático deberá incluirse en los planes de estudios básicos de las escuelas a nivel mundial. En general, esto daría lugar a una mayor conciencia de la emergencia climática y al mismo tiempo empoderaría a los alumnos para que tomen medidas.

Dada la gran urgencia e insuficientes esfuerzos para atajar la crisis climática a escala internacional, es imperativo realizar progresos en los seis pasos anteriores. Además, pedimos un enfoque político a corto plazo de tres frentes de (1) una implementación global de un precio significativo del carbono (energía y economía), (2) una eliminación global y una eventual prohibición permanente de los combustibles fósiles (energía), y (3) el desarrollo de reservas climáticas estratégicas para proteger y restaurar estrictamente los sumideros naturales de carbono y la biodiversidad en todo el mundo (naturaleza). Se necesitará un precio más elevado del carbón para disparar un cambio transformador en sectores más difíciles de descarbonizar (Sharpe y Lenton 2021). Deberá estar vinculado a un fondo climático verde socialmente justo para financiar políticas de mitigación y adaptación climáticas en el Hemisferio Sur (Cramton et al. 2017). La eliminación gradual de combustibles fósiles deberá ser igualmente integral y, en última instancia deberá prohibir la exploración, producción y el desarrollo de infraestructura relacionados con los combustibles fósiles (Green, 2018). Las reservas climáticas estratégicas efectivas brindan protección y restauración, lo que ofrecen enormes beneficios conjuntos para la biodiversidad, la función de los ecosistemas y el bienestar humano, y requieren objetivos específicos que cubran ecosistemas terrestres y marinos ricos en carbono (por ejemplo, bosques, humedales, pastos marinos, manglares). La Implementación estas tres políticas pronto ayudará a asegurar la sustentabilidad a largo plazo de la civilización humana y dará a las generaciones futuras la oportunidad de prosperar.

Una palabra final

Con base avances recientes en signos vitales planetarios, reafirmamos la declaración de emergencia climática y nuevamente llamamos a un cambio transformativo, el cuál es necesario ahora más que nunca para proteger la vida en la Tierra y permanecer dentro de tantos límites planetarios como sea posible. La velocidad del cambio es fundamental y las nuevas políticas climáticas deberán formar parte de los planes de recuperación de COVID-19. Ahora debemos unirnos como una comunidad global con un sentido compartido de urgencia, cooperación y equidad.

References cited

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© The Author(s) 2021. Published by Oxford University Press on behalf of the American


Sugerencias de actividades de aprendizaje

1. Lee el artículo y discute el tema en equipo o con tu grupo académico.

2. De manera individual o con tu equipo prepara una exposición ante el grupo

3. Comenta con tu familia y grupo de influencia el contenido del artículo.

4. Realiza una investigación de los tres huracanes más grandes de los últimos cinco años; en dónde impactaron, cuántos litros de agua por metro cuadrado de lluvia dejaron y si es posible, las pérdidas que provocaron, tanto en vidas humanas como en daños materiales. (Recuerda que el origen del término huracán es de origen maya-quiché y entendemos como huracán los que se generan cerca de américa central).

5. Escoge tres gráficas y analízalas. Comparte la información con tu grupo.

6. Del mismo modo analiza dos de los siete tendencias recientes mencionados en el artículo. Comparte la información con tu grupo

7. Analiza las seis área propuestas a revisión por Ripley, y señala en cuáles pudieras tú ayudar activamente. Comparte con tu grupo.