Lectura complementaria: Evolución humana
•Procesos de hominización como: Posición erguida, pulgar oponible,visión estereoscópica,lenguaje artículado, desarrollo cerebral.
Procesos de hominización. Debemos entender como proceso de hominización, al desarrollo evolutivo que llevó a un grupo de primates a diversificarse de manera tal, que formaron un grupo de organismos con nuevas características. Entre estos nuevos organismos, se encuentra el hombre actual, cuyo nombre científico es Homo sapiens sapiens. Para la biología, los seres humanos somos una más de las numerosas especies que conforman el mundo de los seres vivos. Desde luego que las especies que viven en la actualidad sólo representan un porcentaje minúsculo de todas las especies que han vivido en la tierra en diferentes épocas, la mayoría de las cuales se han extinguido, pero algunas otras han evolucionado y terminaron formando nuevas especies. Los humanos pertenecemos al Reino Animalia, y por tal razón podemos decir con toda certeza que somos animales.
Desde luego que animales con características únicas, ya que cada especie tiene sus propias características que la distinguen de otras, pero algo que nos distingue de las demás es que poseemos uno de los cerebros más grandes que han existido, y que en la relación cuerpo-cerebro tenemos el cerebro más grande en relación al cuerpo que cualquier otro animal pero, independientemente del tamaño de nuestro cerebro, su capacidad de procesar información le ha asegurado al humano hasta ahora la supervivencia, a pesar de contar con un físico débil en comparación a otros animales, por ejemplo: ser lento, y no tener medios de defensa corporales contra el ataque de depredadores. El hombre es una especie biológica sometida a la acción de las mismas fuerzas y procesos que han moldeado a todas las especies a través de un largo proceso evolutivo, además, su complejidad cerebral le ha permitido al humano tener conciencia de si mismo, de su especie y de su historia evolutiva.
Sin embargo esta visión actual sobre los humanos que proporciona la biología es relativamente reciente y desgraciadamente no aceptada por todos. En épocas anteriores a mediados del siglo XVIII se tenía la creencia que los humanos éramos producto de una creación divina, y por lo tanto independientes de los demás seres vivos y de toda la naturaleza. Sin embargo, Linneo (1707-1778) fundador de la taxonomía moderna incluyo al chimpancé y al humano en un mismo género (Homo) pero sin proponer que fueran producto de la evolución. Posteriormente los separaron en género Homo para el hombre y género Pan para los chimpancés, desde luego ambos en el Reino animal. El que probablemente fue el primero en proponer que los humanos descendían de los Primates fue Jean Baptiste Monet Caballero de Lamarck (1744-1829) que en su obra Filosofía zoológica seguía las ideas del mundo occidental de su época, en las cuales se aceptaba que los organismos vivos representaban una progresión de los menos a los más evolucionados (de simples a complejos) y que los humanos estábamos en la cumbre del proceso evolutivo (este concepto no es aceptado en la actualidad).
El naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882) publicó en 1859 su teoría sobre El origen de las especies, que es la base de la teoría moderna de la evolución, en la cual no hace ninguna mención sobre evolución humana, excepto en la conclusión, en la cual dice -Y se arrojará mucha luz sobre el origen del hombre y sobre su historia- ya que las evidencias fósiles de homínidos era muy escasa en su tiempo, pero queda implícito que si el hombre es parte de la naturaleza, el origen del hombre debió haber sido producto de la evolución. Darwin, más tarde publicó su obra El origen del hombre y la selección en relación al sexo, en la cual aplica la teoría de la Selección natural para explicar la evolución humana.
De la obra de Darwin se concluye que el origen de las especies, incluyendo a la humana es por evolución y que todos los seres vivos están relacionados entre si porque descienden de un antepasado común. El hombre y los monos antropoides (parecidos al hombre) descienden de antepasados en común que vivieron mucho tiempo atrás (millones de años), pero antes debemos conocer las características generales de los primates y de la familia y género al que pertenecemos. Primates. Es un Orden de animales que actualmente está representado por más de 230 especies diferentes, que no solo incluye a los muy conocidos monos pequeños (mono araña, por ejemplo), a los grandes monos (gorila, orangután, chimpancé) y al hombre, pues también en el mismo Orden se encuentran otros organismos menos conocidos como los gálagos y lémures. Aunque la mayoría habitan climas tropicales algunos viven en climas templados y el humano es el único que se puede encontrar en todo el planeta. El termino Primate viene del latín y significa prominente o prócer (eminente, elevado, alto) y se refiere a mamíferos de superior organización, ya que Linneo quería diferenciarlos de los demás animales por su parecido con el hombre. Son en su mayoría de hábitos arbóreos aunque algunas son de hábitos terrestres, con extremidades terminadas en cinco dedos provistos de uñas, de los cuales el pulgar en las extremidades superiores es oponible a los demás dedos, lo que les permite sujetar ramas, esta característica en los humanos se ha desarrollado hasta formar una mano con capacidades múltiples de uso. Sus hábitos arbóreos favorecieron la selección de individuos con visión y oído bien desarrollados como órganos de los sentidos dominantes, con ojos al frente de la cara, que les permite una visión estereoscópica, por lo que pueden calcular con precisión las distancias y poder saltar con seguridad de rama en rama, además de contar con visión en color y tener los ojos protegidos al rodearlos de tejido óseo. Esto llevó también a un crecimiento paralelo del cráneo, para contener más neuronas encargadas de recibir información auditiva y visual. Se conocen aproximadamente 150 géneros, de los cuales dos terceras partes están extintos y su origen se remonta a unos 65 millones de años. Todos son omnívoros, con dentición poco especializada. Familia Hominidae. Mejor conocidos como homínidos. Representados por cuatro géneros: Pongo, Gorilla, Pan y Homo. Y siete especies vivientes:
Figura 1. Árbol filogenético de la familia Hominidae. Se indica la separación entre especies en los vértices en millones de años.
Los individuos de la familia Hominidae son los primates con mayor peso (de 50 a 250 Kg.) presentan dimorfismo sexual, las hembras son más pequeñas que los machos, manos con mayor funcionalidad, hábitos arbóreos, dieta vegetariana, aunque el chimpancé y el humano comen carne. Su principal característica es que poseen cerebros grandes y desarrollados. Género Homo. Homo del latín hombre o humano. Contra lo que pudiera pensarse no sólo se refiere a los humanos actuales, pues el género ha tenido por lo menos catorce especies (nuestros parientes más cercanos de las cuales sólo sobrevive una: la Homo sapiens, la evolución humana no ha sido lineal (anagénesis o especiación filética, que es cuando una especie desaparece al dar origen a otra) como suele pensarse al observar en enciclopedias e ilustraciones la evolución humana (de un organismo parecido a un mono que va cambiando, tomando forma más humana conforme avanza el tiempo, hasta llegar al hombre moderno). Esta idea no es correcta, pues en épocas no muy lejanas han coexistido mas de una especie del género Homo en la Tierra y en ocasiones hasta en un mismo ambiente y tiempo, como lo fue la coexistencia del Hombre de Cromagnon (hombre moderno) y el hombre de Neanderthal (Homo neanderthalensis) en Europa y que por los restos fósiles de este último, encontrados y fechados, aún vivían hace 30,000 años. Otros restos fósiles encontrados en la Isla de Flores en Indonesia pertenecientes a una especie actualmente extinta Homo floresiensis, se fecharon con una edad de entre 13,000 y 18,000 años y habría que tomar en cuenta que el hombre moderno tiene aproximadamente 50,000 años, por lo cual el hombre moderno y el floresiensis vivieron en la misma época. Una característica notoria de esta especie fue su corta estatura de un poco más de un metro, por lo que sus descubridores les llamaron Hobbits. Con estos ejemplo podemos estar seguros de la coexistencia de por lo menos tres especies del género homo al mismo tiempo en la tierra, pero antes de ellos existieron otros grupos humanos que también pertenecieron al género Homo: Homo Habilis, Homo gautengensis, (Sudáfrica), Homo rudolfensis (Kenia y Etiopia), Homo ergaste, Homo georgicus, Homo erectus, Homo antecessor, Homo cepranensis (ceprano Italia), Homo floresiensis (Indonesia), Homo heidelbergensis, Homo nenderthalensis, Homo rhodesiensis, Homo helmei y Homo sapiens (el único sobreviviente) Una de las características del género Homo, independiente de otras características físicas, ha sido su capacidad de fabricar herramientas con una finalidad específica y conservarlas para volverlas a usar posteriormente. Algunas diferencias anatómicas entre los humanos y otros primates. Primates antropoides Homo sapiens Tamaño de cráneo máximo de 750 cc. Hombre promedio 1,400 cc. Foramen magno posterior Foramen magno anterior Cresta sagital alta Cresta sagital alta Paladar largo Paladar corto Grandes dientes incisivos y caninos Dientes incisivos y caninos reducidos Pelvis estrecha y alargada Pelvis amplia y aplastada
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Ahora bien, cabe preguntarse: Si el humano evolucionó de antecesores no humanos, entonces ¿cómo fue que se hicieron humanos? Lo primero que tenemos que tomar en cuenta, es que si pertenecemos a la familia Hominidae, a la que pertenecen el gorila, orangután y chimpancé y si todas la especies de una familia están emparentadas ¿cuál será evolutivamente hablando, la más cercana a nosotros? Existen varias formas de compararnos, entre ellas las diferencias y similitudes físicas han sido las más usadas, sin embargo, en la actualidad, las evidencias obtenidas de la bioquímica y la biología molecular son más confiables y certeras. El mayor parecido físico del hombre es con el chimpancé y vamos a ver algunas evidencias Bioquímicas y moleculares. La hemoglobina es una proteína que está formada por dos cadenas llamadas alfa de 141 aminoácidos y dos cadenas beta de 146 aminoácidos.
De estas, el humano y el chimpancé comparten idénticas secuencias de aminoácidos, mientras que con el gorila, el humano difiere en un aminoácido en cada cadena. En la cadena alfa, el aminoácido en la posición 23 en el humano es un ácido glutámico, mientras que en el gorila es un ácido aspártico; en la cadena beta en la posición 104 el humano tiene arginina y el gorila lisina. El orangután y el gibón, así como otros primates, tienen también un ácido aspártico en la posición 23 de la hemoglobina alfa, lo que hace pensar que la sustitución de un ácido aspártico por glutámico tuvo lugar en el antecesor común del chimpancé y el humano (ver figur 7.)
Pero ya que sabemos que las diferencias entre variedades, especies y grupos mayores se deben a cambios en el ADN ¿Qué utilidad se puede obtener de este conocimiento?. Se pueden deducir situaciones por medio de las cuales se produjeron variaciones que condujeron a divergencias evolutivas. Por ejemplo; qué relación de parentesco existe entre los humanos y los primates más cercanos y cuáles pudieron ser los cambios en el ADN que nos han hecho diferentes. Desde hace tiempo se ha dicho que nuestro pariente más cercano es el chimpancé ya que existen evidencias que indican que compartimos cerca del 99% de la información genética. Hibridación ADN-ADN. En el tema sobre “Evidencias de la evolución” ya se abordó las pruebas de Hibridación ADN-ADN (si tienes alguna duda sobre su aplicación, revisa antes ese tema). Sibley y Ahlquist realizaron un amplio trabajo de hibridación de los ADN de humanos, chimpancés, gorilas, orangutánes y babuinos (Sibley y Ahlquist, J. Mol. Evol., 20,2 1984) y encontraron gran semejanza entre chimpancés y bonobos y estos están más cercanos a los humanos que al gorila y más alejados del orangután y gibón, y todos estos más separados de los cercopitécidos. Estos estudios han sido avalados por la comparación directa de secuencias de ADN de una misma región del genoma de las especies anteriores. Esta última técnica es la que permite una mayor precisión, ya que compara secuencias específicas de ADN, dando una idea más clara del parentesco, ya que las mutaciones se van acumulando a lo largo del tiempo, y por lo tanto, entre más tiempo tengan separadas dos especies, mayor será la divergencia en las secuencias de nucleótidos. De los estudios anteriores y estudios de otros investigadores se obtienen los siguientes datos: Nuestro pariente vivo más cercano son los chimpancés y Bonobos con un 1.2 % de diferencias, con los gorilas tenemos el 1.6% y con los orangutanes 3.1%
La separación entre humanos y chimpancés fue aproximadamente hace entre 5 y 6 millones de años, pero la separación entre el chimpancé común y el bonobo fue apenas hace aproximadamente 3 millones de años (ver figura 1.), por lo que si chimpancés y bonobos son especies diferentes y se separaron apenas hace 3 millones de años, entonces por lo menos una de ellas (suponiendo que una de ellas no cambio y sólo dio origen a la otra) es más reciente que los humanos, pero lo más probable es que ambas especies de chimpancés han cambiado desde su separación del tronco que formó a los humanos.
Una diferencia con los chimpancés es que los humanos tenemos 46 cromosomas o 23 pares de cromosomas, mientras que el chimpancé tiene 48 cromosomas o 24 pares, al igual que el gorila y orangután (nosotros tenemos un par menos de cromosomas que los demás integrantes de la familia hominidae). Al comparar los cariotipos de ambas especies se encontró que trece pares de cromosomas no tienen diferencias visibles y son iguales (sólo una cuantas diferencias en la posición de algunos nucleótidos) y que en el humano existe la fusión de dos cromosomas (12 y 13) que ahora forman el cromosoma dos de los humanos, pero que en los chimpancés permanecen separados. Esto es lo que hace que el chimpancé tenga un par de cromosomas más que el humano y que se haga imposible la hibridación humano chimpancé.
Una diferencia de más del 98% en los genomas de chimpancé y humano indica que somos chimpancés con un intervalo de confianza de más del 98%, por tal razón Jared Diamond autor de obras muy importantes de difusión científica, entre las que destaca “El tercer chimpancé” en su obra hace alusión a tres chimpancés: el común, el bonobo y nosotros, aunque algunos otros autores van más allá y por el gran parecido entre los tres, proponen incluir a los chimpancés en el género Homo. No hay hueso en el chimpancé que no tengamos nosotros, ni una sustancia química en el cerebro humano que no tenga el chimpancé. Tenemos los sistemas digestivo, inmune, vascular, nervioso, etc., básicamente iguales.
Curiosamente el nombre genérico de Pan para chimpancés y bonobos se deriva del Dios griego Pan, que se identifica como un fauno, con torso humano, piernas, orejas y cuernos de cabra. Era el dios de la fertilidad y sexualidad masculina, que desenfrenadamente perseguía a las ninfas. El nombre especifico del bonobo paniscus es el diminutivo de Pan y se refiere a que son un poco más pequeños que el chimpancé común, mientras que el nombre especifico troglodytes para el chimpancé común significa cavernícola –aunque no vive en cavernas- pero su nombre especifico se refiere más bien a una supuesta condición primitiva, pero también significa brutal, cruel o tosco, pues presentan conductas muy agresivas a diferencia de los bonobos que suelen ser de carácter apacible. De acuerdo a la etimología del género Pan ¿Se Podría aplicar es nombre genérico a los humanos?
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El desarrollo cerebral. La característica más sobresaliente de los humanos es sin duda su gran capacidad craneal que, desde luego, contiene al cerebro, y siempre relacionamos un cerebro grande con una capacidad intelectual superior. El peso promedio del cerebro de un ser humano adulto es de aproximadamente 1,400 gramos, pero existen variaciones que van desde un poco más de 1,000 a 2,000 gramos. Se suele pensar que entre mas grande es un cerebro, el individuo que lo posee es más inteligente, pero no existe evidencia que lo demuestre (entre individuos de la misma especie). Tenemos un cerebro tres veces más grande que el orangután, pero algunos animales tienen cerebros más grandes que el nuestro; El del elefante es unas cuatro veces más grande, y el de las ballenas es aun mayor, el del cachalote es unas seis veces mayor al del humano. ¿Significa que estos animales son intelectualmente superiores a los humanos? De la pregunta anterior se deduce que no es sólo el tamaño una guía confiable para estimar el intelecto. Y es muy difícil también definir la inteligencia, pero una aproximación sería la capacidad para adaptarse a nuevas circunstancias, la capacidad de aprender, solucionar problemas y la capacidad para construir un mundo conceptual. El aumento constante en la capacidad craneal aunada a la inteligencia fue el principal factor que llevó a la formación de la especie humana. Fue desde luego la selección natural, la que guió a los antecesores de los humanos en el camino hacia una capacidad cerebral mayor, ya que da ventajas adaptativas a los poseedores de mayor capacidad craneal, y los humanos han basado su capacidad de adaptación y éxito, más en su capacidad cerebral que en su capacidad corporal. Este éxito en la sobrevivencia llevó a los humanos, de ser unos pocos cientos de miles en la edad del hielo, a más de siete mil millones en la actualidad y se han dispersado casi todos los continentes. Si bien el proceso de hominización implicó cambios corporales en el esqueleto, fue el cráneo el que más modificaciones tuvo, desde luego en el sentido de agrandamiento y cambios en su forma, pero no sólo en los humanos, sino también entre todos los primates en general, pero en el humano fue mayor. Comenzó con un cerebro del tamaño de un chimpancé de unos 550 cc. Y fue aumentando su tamaño; Australopithecus de 650 a 800 cc., Homo erectus de 750 a 1,300 cc. hombre de Neandertal 1,500 aquí ponemos estos ejemplos, pero en realidad como se mencionó anteriormente se han descubierto diversos fósiles de especies diferentes pertenecientes al género homo (ver figura 12.)
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Posición erguida y bipedestación. Una característica sobresaliente de los humanos es su posición erguida soportada por las extremidades inferiores y su forma de desplazarse sobre ellas dejando las extremidades superiores libres, lo que les permitió acarrear objetos, arrojarlos, manipularlos y hasta crear obras de arte. La aparición de la postura erguida fue seleccionada positivamente cuando apareció y les dio una ventaja adaptativa para sobrevivir.
Hasta hace poco tiempo se pensaba que el aumento en el tamaño del cerebro precedió a la bipedestación (locomoción bípeda). El poder erguirse sobre dos extremidades, fue una ventajas para quines poseían esa cualidad, ya que sobre dos patas podían ver con antelación, la proximidad de posibles depredadores o de posibles presar y actuar a tiempo para escapar o para cazar.
Se sabe que los protohumanos y los primeros humanos vivieron en sabanas, que son lugares abiertos y con una tasa de insolación muy alta, con poca sombra, y que por estar sometidos a las altas temperaturas, sobre todo al correr (para escapar de depredadores o para cazar) se exponían a sufrir severos golpes de calor, por lo que en este ambiente, se vieron favorecidos los individuos de posición erguida, por presentar en esta posición menor exposición al sol en comparación a individuos que por desplazarse en las cuatro extremidades exponían más partes de su cuerpo a la insolación, y es en este sentido, que se pueden seleccionar también individuos con menor pelaje corporal que se refrescarán más fácilmente al contacto con el aire, pero que como reciben mucho sol sobre la cabeza, se seleccionan los individuos que conservan el pelaje en el cuero cabelludo ya que los protege de quemaduras solares.
No obstante ante la idea generalizada de que el desarrollo cerebral fue antes que la posición erguida, es necesario señalar que el resto fósil del Australopithecus afarensis conocido como “Lucy” que vivió entre 3.9 y 3 millones de años antes del presente, descubierto Johanson, Coppens y Whi en 1974, poseía una cadera que indicaba una posición erecta y la posibilidad de desplazarse sobre sus extremidades inferiores. Más tarde, en Laetoli Tanzania, entre 1976 y 1977 Mary Leakey y Richard Hay, descubrieron huellas correspondientes a varios individuos de la especie A. Afarensis dejadas en depósitos de ceniza de un volcán cercano “Sadiman” que hizo erupción en la época que estos individuos vivían, las huellas (de tres individuos) sobre estas cenizas endurecidas, demuestran que caminaban sobre sus extremidades inferiores, en un bipedismo completo como lo hace el hombre moderno, apoyando primero el talón al caminar, luego el arco y al final los dedos: A pesar de estos individuos caminaban erguidos sus cerebros no pasaban de 500 cc., lo que demuestra la bipedestación en individuos anteriores al género Homo, y los nuevos descubrimientos fósiles de especies más antiguas que el A. afarensis, indican que el desplazamiento en dos piernas ocurrió aproximadamente hace 6 millones de años en algún primate ahora desconocido.
Los individuos con posición erguida se vieron favorecidos con respecto a otros individuos que no la poseían, cuando tuvieron que vivir en sabanas, así que las condiciones ambientales no desarrollaron la posición erguida, sino que al aparecer está, las ventajas que proporcionó los favorecieron. Aunque en la mayoría de los libros y enciclopedias se observa un aparente “progreso” en la posición erguida (individuos que van de una posición cuadrúpeda y parecidos a chimpancés que se van haciendo cada vez más erguidos y más semejantes a un humano) en realidad no existen posiciones intermedias (no se ha descubierto ningún fósil con características intermedias) entre la posición cuadrúpeda y la erguida.
¿Cómo se puede determinar en los fósiles la posición erguida? Por desgracia no se encuentran fósiles de individuos completos y los investigadores tienen que trabajar son fragmentos, sin embargo, de ellos se puede extraer bastante información. El foramen magno es el orificio en la base del cráneo que comunica al sistema nerviosos central con todo el cuerpo a través de inervaciones que corren por la columna vertebral. En los humanos y en homínidos de posición erguida el foramen magno (ver figura 2.) presenta una posición al centro, que permite que el cráneo quede en posición de ver al frente, mientras que en cuadrúpedos el foramen magno presenta una posición posterior, que en una posición cuadrúpeda favorece ver hacia el frente.
La forma de la columna vertebral y de la pelvis también indican la posición del individuo. En los humanos la columna tiene forma de S con tres curvaturas; Torácica, lumbar y dorsal, que permiten mantener el equilibrio y soportar el peso de la cabeza, mientras que en cuadrúpedos como el chimpancé y gorila no se encuentran presentes.
En cuanto a la pelvis, en los humanos se ha ensanchado, lo que permite soportar mejor el peso de los órganos internos en posición erguida y recibir y descarga en las extremidades inferiores el peso del tronco. Pero esto dificulta el parto, sobre todo con crías con cráneo grande, por lo que una adaptación para el parto en los humanos ha sido el nacimiento prematuro de las crías (no desarrollan mucho sus cráneos antes del nacimiento y lo hacen después, durante el crecimiento posparto) que al nacer, por la falta de maduración cerebral, son más desvalidas que las de chimpancés y gorilas, lo que implica un periodo de crianza y cuidados más prolongado.
Para el desplazamiento en dos extremidades también se pueden notar otras adaptaciones, como lo son los miembros inferiores más largos y robustos, en los que destaca el fémur largo y fuerte, así como una rodilla que se puede girar en direcciones imposibles para cuadrúpedos. Los pies se han alargado, se reducen los dedos que ahora proporción tracción al caminar y el dedo mayor del pies ya no es oponible (se pierde la capacidad de aprehensión) y ahora es importante como ayuda para conservar el equilibrio.
Lenguaje articulado. Una de las consecuencias del proceso de hominización es la aparición del lenguaje articulado, que es indispensable para el proceso de hominización no corporal más importante, que es la creación de la cultura, y de la cual el Homo sapiens es el máximo exponente.
La importancia del lenguaje es que, permite la comunicación con palabras de ideas muy concretas, y fue el medio más importante de comunicación hasta antes de la aparición de la escritura.
La aparición del lenguaje está estrechamente ligado al funcionamiento cerebro, y depende de un órgano fonador; la laringe, con la cual el pensamiento se transforma en palabras y se puede decir que el humano desde el punto de vista anatómico, se completa con la formación de la laringe.
Rastrear el origen del lenguaje es muy difícil, pues la palabra no deja evidencias fósiles. El lenguaje en primates ha sido estudiado ampliamente y sobresale el trabajo de Thomas Struhsaker realizado en el Parque Nacional de Amboseli en Kenia con los monos vervet. Struhsaker observo que tres tipos diferentes de depredadores de estos monos provocaban en ellos tres tipos diferentes de gritos de alarma y medidas defensivas. Cuando los monos vervet se encuentran con un leopardo u otro tipo de felino, los machos producen sonoros gruñidos, las hembras emiten un sonido agudo y los monos que los oyen trepan rápidamente a los árboles. Cuando el depredador es un águila, les hace emitir una especie de tos seca de dos silabas, y los monos que la oyen dirigen la vista hacia arriba y se esconden en la maleza. Cuando un mono ve una víbora o serpiente venenosa, emite un grito de impaciencia que hace que los monos se levante sobre sus patas y miren hacia abajo buscando la serpiente. Posteriormente en otros estudios se observó que para otros depredadores y otras situaciones emitían diferentes sonidos, que eran entendidos por todos en un lenguaje preciso y que representa un mensaje concreto. Lo más importante de esto es que los monos pequeños tienen que aprender este lenguaje, pues no es una habilidad con la cual nacen, por lo que su sencillo lenguaje no sólo es un medio de comunicación, sino que también, al ser aprendido de otros individuos, se le puede considerar parte de su cultura. Aunque existen muchas definiciones de cultura, una muy general y útil es que cultura es todo lo que se aprende de otros y no por descubrimiento individual y que puede ser trasmitido de individuo a individuo y aún entre generaciones.
Los ejemplos anteriores son sólo un ejemplo de comunicación entre individuos de la misma especie, pero sólo los humanos tienen la capacidad de hablar, que apareció como consecuencias de mutaciones ya que en la evolución del habla intervinieron cambios anatómicos.
En las llamadas de comunicación entre primates no humanos se utilizan una zona del cerebro llamada la región límbica, mientras que en los humanos, el habla se centra en el neocortex. En los humanos, uno de los centros, el de Broca, es la porción más baja del lóbulo frontal, éste controla los músculos de la cara, lengua, mandíbula, laringe y todos órganos relacionados con el habla. El segundo centro; “De Wernike”, se encuentra muy cerca de la porción superior del lóbulo temporal y parece ser que éste es vital en el proceso de comprensión y estos dos centros están conectados entre sí por un conjunto de circuitos nerviosos. Todos estos cambios anatómicos en varias regiones del cerebro debieron aparecer por diversas mutaciones en diversos genes sometidas a selección.
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![A.de Broca.jpg](/w/images/3/38/A.de_Broca.jpg)
A manera de conclusión podemos señal que el proceso de hominización comprende aspectos nodales, que se fueron gestando durante el desarrollo evolutivo: posición erguida, pulgar oponible, visión estereoscópica, lenguaje articulado y desarrollo cerebral. La posición erguida es sin duda la más evidente en los humanos y una de sus primeras adquisiciones, que involucra una serie de modificaciones en toda la estructura corporal: adaptación de los pies para la locomoción, sustentación y equilibrio, liberación de la mano, ensanchamiento de la pelvis, y el tórax; cambio en la forma de las vísceras; modificaciones múltiples en el esqueleto y músculos, haciendo todos estos cambios que el centro de gravedad se desplazara hacia atrás. Las transformaciones del cráneo son también, en gran parte dependientes de la posición erguida; foramen magno anterior para una visión al frente, la arquitectura de la cara y maxilar se modifica, así como la dentadura (caninos y premolares) tendiendo a un aumento craneal cada vez mayor, de unos 550 cc. a 1,500 en el Hombre de Neanderthal. Aquí es necesario aclarar que, contra lo que se piensa, el cerebro del hombre moderno no es el mayor en el género, ya que es ligeramente menor que el del humano de hace pocos miles de años, esto debido a que, en la antigüedad se vivía en pequeños grupos y la misión de sobrevivir recaía principalmente en cada individuo y su pequeño grupo, por lo que la presión de selección fue muy fuerte favoreciendo a los individuos que mejor pudieran solucionar todos los problemas inherentes a su supervivencia, mientras que en la actualidad, la presión para la sobrevivencia individual depende más de la tecnología generada por unos pocos individuos, no a nivel local o regional, sino a nivel mundial.